¿Cuántas veces nos ha pasado eso de ver en un cartel una apetitosa hamburguesa que después al pedirla se parece a la de la fotografía más bien poco, por no decir casi nada? Este fenómeno puede ocurrirnos con casi cualquier alimento envasado o que tenga una imagen fotográfica exterior. Puede que lo miremos con humor y nos riamos, o puede que nos quedemos desilusionados al ver que ese nuevo sandwich que tan suculento, esponjoso, tierno y fresco que ha sacado el restaurante X no tiene nada que envidiar a uno que pudieras prepararte en tu casa.
O comparando tu lasaña con la del envase ver ESTO:
En cuestiones de comida la publicidad y sus estratagemas para conseguir que algo nos invite a comer o mejor dicho, devorar, han ido evolucionando a lo largo del tiempo hasta llegar a lo que es hoy: una disciplina casi autónoma que nada tiene que envidiar a la construcción de un puente o el diseño de un barco.
Así por ejemplo podemos ver en este vídeo cómo mediante alfileres, algodones, paciencia y tiempo se consigue lo que en realidad vemos en los anuncios: preciosos edificios comestibles de apetecibles ingredientes dignos de cualquier premio de escultura.
Así además maquilla McDonald's por ejemplo sus hamburguesas (o al menos eso dicen...):
Pero no creamos que es algo aislado a sandwiches, hamburguesas y bocadillos. En este otro video vemos cómo mediante glicerina, crema, soda y cubos de hielo falsos se consiguen impresionantes vasos que nos suplican que los bebamos:
Por no hablar de los helados, que a veces se consiguen con puré de patata. En este video se mezcla vainilla sintética con gelificante y el sirope de fresa no parece ni más ni menos que ¡cola líquida coloreada!
¿Impresionados? ¿Asqueados? Desde luego detrás de los anuncios de comida no encontramos nada que sea atractivo ni apetitoso, pero no deja de ser casi una escultura idealizada de la comida: una imagen perfecta y cuidadosamente elaborada para engañar a nuestro cerebro y estimular el consumo de esos productos.
Para terminar y a modo de comparación, por si alguno ha quedado en contra de este tipo de publicidad que tiene mucho de engañosa, pensemos por un momento en aquella comida que NO está sujeta a retoque fotográfico, ni está hecha con ingredientes extraños, la comida sin más. Esta imagen tiene más labor informativa que persuasiva, sin duda:
YO PREFIERO SOÑAR, AUNQUE SEA MENTIRA...
:O Impresionante! Con la buena pinta que tiene... Son un engaño, pero también son una ingeniería artística ya que quedan muy reales!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar